viernes, 1 de enero de 2010

2010, la odisea continúa ...

Odisea es la palabra que evoca numérica y cinematográficamente este naciente y curioso año que entierra a un sombrío 2009 ….

Como personas, ¿seremos víctimas de un determinismo inexorable que nos sobrepasa, o realmente existe una reducida parcela de libre albedrío para construir y progresar como seres humanos? Si la esencia de la vida fuese el enfrentamiento y la gestión ante lo desconocido, entonces quizás nos volvamos a redescubrir como individuos en ese eterno renacer que es la sorpresa de lo inesperado, frente a la mayoritaria y acartonada rutina del quehacer diario.

Por consiguiente, sería la propia “ilógica” de las cosas en su faceta irracional la que nos despertase del cómodo sueño del hábito. Así pues, y de esta guisa, viajaríamos en la flecha del tiempo y nos sorprenderíamos, no queriendo ser una olvidada mota de polvo en la telaraña virtual, sino alguien que dejó unas palabras para que otro ser las leyera. Ser un grano de arena en el desierto no equivale a ser necesariamente insignificante, porque las decisiones críticas que, a veces, marcan la diferencia para muchos las adopta un único individuo que, a pesar de sesudos estudios y de eruditos consejos, flirtea en su particular mundo de la duda con leves oscilaciones sobre lo posible, lo conveniente y lo desechable. Un pequeñisimo instante a partir del cual todo bascula súbitamente ...

Somos insignificantes, pero necesarios. 
Somos pequeños, pero no despreciables. 

Y, sobre todo, existimos porque comunicamos.

Larga vida y prosperidad para todos.
Feliz año 2010


 

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